Por lo general el acero inoxidable se lo puede llegar a reciclar.
Primeramente se introducen toneladas de acero en una caldera junto con aleaciones de cromo y níquel para añadirle robustez y protección contra el óxido, unos enormes electrodos calientan la mezcla hasta su punto de fundición; tras ciertas horas la mezcla fundida pasa a una caldera de refinado, unas tuberías insuflan argón y oxígeno para convertir algunas impurezas en gas.
Posteriormente va a pasar por otras máquinas lo cual dará el acabado correspondiente dependiendo de la exigencia de el cliente.
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